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jueves, 13 de octubre de 2011

La herencia de mi abuela

Les comparto algunas fotografías del libro de recetas de mi abuelita Margarita Uribe


Este cuaderno fue la herencia que me dejó mi abuela antes de morirse hace unos años. En este cuaderno ella copiaba todas las recetas que le compartían sus familiares y amigas. Es tan particular que dice cosas como: Comprar un pan de 10 en la tienda o añadir hojas de colapis las cuales se utilizaban anteriormente antes de que existiera la gelatina sin sabor. 



Creo que lo que más enamora de este cuaderno son sus hojas manchadas del sabor de mi abuela y su hermosa letra cursiva, la cual lastimosamente yo no heredé.




viernes, 11 de febrero de 2011

Homo Ludens



Las Mesa, un apellido perfecto para una familia del barrio el Estadio que decidió recuperar los secretos gastronómicos de la abuela y publicarlos en internet. Conozca y escuche este sábado 12 de febrero a las 4:00 pm a las responsables de un blog que cuenta con más de 70 recetas publicadas y 30 seguidores virtuales. Cocina Mesa: secretos, historias, sabores
http://www.cocinamesa.blogspot.com/ Parque Biblioteca Belén

sábado, 10 de abril de 2010

Vida de Consumo

Vida de consumo. Zygmunt Bauman. 2008

“A posteriori, podemos conjeturar que lo que mantenía a los miembros de una casa alrededor de la mesa familiar y hacía de la mesa familiar un instrumento de integración y afirmación de la familia como grupo vincular duradero era, en gran medida, el elemento productivo del consumo. Sólo en la mesa familiar uno podía encontrar la comida lista para consumir: la reunión alrededor de la mesa común para cenar era el último estadio (distributivo) de un extenso proceso de producción que empezaba en la cocina familiar o incluso más allá en la huerta o el taller de la familia. Lo que reunía a los comensales en grupo era la cooperación, efectiva o potencial, en la tarea de producción precedente, y compartir el consumo de lo producido era parte de lo mismo. Podemos suponer que la “consecuencia inintencional” de la comida “rápida”, “para llevar”, y las bandejas de cenas congeladas (o más bien quizá su “función latente” y causa verdadera de su imparable éxito y popularidad) es o bien hacer refrendar simbólicamente con un acto de consumo la pérdida de ciertos rasgos onerosos que alguna vez tuvieron sentido, como el establecimiento y afianzamiento de los vínculos, pero que resultan irrelevantes o incluso indeseables en la moderna sociedad líquida del consumo. Allí está la “comida rápida” para proteger la soledad de los consumidores solitarios”

lunes, 11 de enero de 2010

Vendiendo torta casera

Cuando mi tía Rosa y su esposo José Alonso estaban recién casados se fueron a vivir a Miami y participaron en la feria de la Calle 8, vendiendo tortas caseras y jugos de fruta natural a un dólar cada uno. En la feria, la torta tuvo tanta acogida que mis tíos fueron entrevistados y salieron por televisión.

A través de los años muchos miembros de la familia, incluyéndome a mí, hemos vendido esta torta por encargo a otras personas por un valor de 20 mil pesos.